
Biblioteca de Alejandría , basada en algunas evidencias arqueológicas. (Wikimedia commons)
La Biblioteca de Alejandría fue una de las bibliotecas más importantes de la Antigüedad. Estuvo ubicada en la ciudad de Alejandría, Egipto, y fue fundada en el siglo III a.C. bajo el reinado de Ptolomeo I.
La biblioteca se construyó con el objetivo de ser un centro de conocimiento y aprendizaje, albergando una gran cantidad de manuscritos y documentos provenientes de diversas partes del mundo. Se estima que llegó a tener más de 700.000 volúmenes, convirtiéndose en la biblioteca más grande de su tiempo.
La búsqueda y adquisición de libros y manuscritos para la Biblioteca de Alejandría era una tarea importante y se enviaban expediciones a diferentes lugares con el fin de obtener copias de obras literarias y científicas. Además, la biblioteca contaba con una política llamada «depósito legal», que obligaba a todas las personas que llegaban a la ciudad a entregar sus libros para ser copiados y agregados a la colección.
La biblioteca no sólo se limitó a almacenar libros, sino que también fue un centro de investigación y estudio. Contaba con áreas de lectura y espacios para la discusión y debate de ideas. Además, se cree que la biblioteca tenía también un museo con diferentes objetos de valor científico y cultural.
Entre los estudiosos y pensadores que se congregaban en la Biblioteca de Alejandría se encontraban figuras destacadas como Euclides, Eratóstenes, Arquímedes y Aristarco de Samos. Estos intelectuales realizaban importantes descubrimientos e investigaciones en campos como la astronomía, la geometría y la medicina.
Sin embargo, a pesar de su prestigio y su importancia histórica, la Biblioteca de Alejandría sufrió varios incendios y destrucciones a lo largo de los siglos. El más conocido ocurrió en el año 48 a.C. durante la guerra entre Julio César y el reino de Ptolomeo XIII, cuando gran parte de los archivos y manuscritos fueron destruidos.
Finalmente, en el siglo VII d.C., con la expansión del Islam, la biblioteca fue destruida definitivamente durante la conquista árabe de Egipto. Se cree que los restos de la biblioteca pudieron haber sido incendiados o utilizados como combustible para calentar los baños públicos de la ciudad.
A pesar de su desaparición física, la Biblioteca de Alejandría sigue siendo considerada un símbolo de la búsqueda del conocimiento y un hito en la historia de las bibliotecas. Su impacto en el desarrollo de la ciencia y la cultura es innegable, y su memoria continúa inspirando a las futuras generaciones.