
La vida de Edipo es una historia de amor trágico que se convirtió en leyenda, y ha servido de nombre para un complejo psicológico, novelas, música y obras de teatro.
¿Sucedió en realidad? Aunque puede parecer muy real, la mitología griega es una serie de leyendas en la que los griegos trataban de dar explicación a todo lo que sucedía, tanto en los eventos de la naturaleza como en el comportamiento humano. En ella aparecen dioses, semidioses, héroes y reyes, de los cuales queda una enseñanza basada en algún error o acierto cometido.
No se puede asegurar la existencia de estas criaturas mitológicas, pero tampoco se puede negar del todo, lo que da un encanto especial a estas leyendas. De esta forma, entre todas las leyendas que los griegos generaron, subsiste la de Edipo, que en principio quería demostrar la imposibilidad de escapar del destino.
Según la leyenda, Edipo fue el hijo de Layo y Yocasta, reyes de Tebas, quienes, como era tradición en Grecia, antes de contraer matrimonio acudieron al oráculo de Delfos, quien les profetizó que su hijo asesinaría a su padre y se casaría con su madre. Por tal motivo, al nacer el primogénito, Layo ordenó la muerte del niño, quien fue salvado por un pastor y entregado a Polibio y Peribea, quienes le pusieron por nombre Edipo.
Durante su crecimiento, Edipo destacó en el arte y la gimnasia, hasta que uno de sus compañeros le indicó que era adoptado. Reclamando a su madre adoptiva, esta se negó a contarle la verdad, así que Edipo acudió al oráculo de Delfos, quien le aconsejó no ir a donde había nacido.
Convencido de que su lugar de nacimiento era Corinto, Edipo se dirigió a Fócida, donde accidentalmente mató a su padre, que resultó ser el rey Layo. Allí también se encontró con la Esfinge, quien le planteó un acertijo al que pudo responder, por lo que se convirtió en el esposo de la reina de Tebas.
Cuando una peste azotó a Tebas, Edipo como rey acudió al oráculo, quien le dijo que la peste se acabaría cuando el asesino de Layo fuera expulsado de la ciudad. Al investigar, se descubrió que Edipo era el asesino de su padre y el esposo de su madre. Yocasta no pudo soportar la verdad y se suicidó, mientras Edipo se sacó los ojos y fue expulsado por sus hijos del reino, sin embargo, Antígona, una de sus hijas, permaneció con él hasta su muerte.
Aunque no se puede asegurar si Edipo en verdad existió o no, sólo nos queda disfrutar de la literatura producida por Sófocles y reflexionar acerca de si el destino realmente existe o todo fue un truco del Oráculo de Delfos para hacer cumplir sus designios.